Necesitaría días y demasiadas líneas en este blog para hablar de todo lo que vi en Londres, y eso que sólo estuvimos un fin de semana, pero como no quiero hacer una crónica exhaustiva ni tampoco aburriros os explicaré lo que más me gustó.
Lo primero por lo que me alegré es por el buen tiempo que hizo los dos días. Mis dos amigas estarán de acuerdo, aunque Irina tenía pensado comprarse unas botas de agua y pensó que qué mejor sitio que Londres para hacerlo…
El hotel era de estilo victoriano, pequeñito y enmoquetado hasta el techo (no hay nada menos higiénico, bueno sí, que el cuarto de baño también tenga moqueta, pero no era el caso), aunque cómodo y agradable, y situado en una zona tranquila y relativamente cerca del centro.
Yo no soy muy madrugadora pero reconozco que hay que espabilarse si se quiere visitar una ciudad como Londres en dos días, así que, Esther, gracias por “obligarme” a levantarme. El primer día fuimos al mercado de Portobello Road, una calle llena de puestos de fruta, plantas, antigüedades, ropa y tiendas de souvenirs con los típicos imanes en forma de autobús o de cabina telefónica. En uno de los puestos ¡hacían paella valenciana!, al estilo inglés me imagino. Y había una parada de muffins… en fin, ahí tenéis las fotos.
Me gustaría que en Barcelona hubiera parques como St. Jame's o Hyde Park, para ir los domingos a leer el periódico, hacer gimnasia o tomar el sol; como lo tomaban los londinenses en las hamacas que había por allí. Llegó un momento en que pensé que estábamos haciendo una excursión por el bosque ya que en una zona del parque la hierba tenía una altura considerable y además, parecía que nunca acabábamos de cruzarlo. ¡Realmente espectacular! El calor apretaba y mis dos amigas lucían orgullosas sus brazos aún morenos del verano.
En una calle de la zona de Picadilly hay un banco con dos estatuas de bronce que representan a Churchill y Roosevelt. Como yo ya tengo experiencia en hacer “amistad” con estos personajes inanimados (recordad mi viaje a Lisboa y a mi amigo Pessoa) me senté entre ellos (mis amigas dicen que en actitud cariñosa) para que me hicieran la foto.

Un lugar pintoresco de Londres es Neal’s Yard, una especie de plaza en la que desemboca un callejón, donde los edificios son de colores alegres; en una de estas casas hay una placa que recuerda que uno de los Monty Python vivió en ella durante un tiempo. Es un lugar donde siempre hay animación.
Un lugar pintoresco de Londres es Neal’s Yard, una especie de plaza en la que desemboca un callejón, donde los edificios son de colores alegres; en una de estas casas hay una placa que recuerda que uno de los Monty Python vivió en ella durante un tiempo. Es un lugar donde siempre hay animación.
De los museos no vimos gran cosa, así que estamos obligadas a volver a Londres, ¿verdad chicas?, para una visita más cultural. Pero hay algunos que el verlos por fuera ya vale la pena, como el Museo de Historia Natural, cuyo imponente edificio nos recuerda a una catedral. Por cierto, los museos en Londres son gratis.
Aunque sea uno de los lugares más típicos y más fotografiados de la ciudad, tengo que decir que me gustó mucho el Tower Bridge, un puente levadizo cerca de la Torre de Londres. De lejos vimos como se levantaba, aunque hoy en día este hecho no se produce tantas veces como antiguamente. Le hice fotos a todas horas del día pero la mejor panorámica es cuando empieza a oscurecer y se encienden las luces del puente.
Cerca de allí hay un edificio que nos pareció muy original, y que nos costó cierto tiempo a Esther y a mí enterarnos de que se trataba del City Hall, la sede del ayuntamiento. Es un edificio en forma de casco de moto (es una descripción bastante personal), diseñado por Sir Norman Foster, del que Esther se volvió fan incondicional. Ah, y en la City también tienen un edificio en forma de “pepino”, ¡como nuestra torre Agbar!

Apuntes de gastronomía.
No podíamos estar en Londres y no probar el “plato típico”, el fish and chips, servido en todos los pubs de la ciudad. No es que sea una maravilla de la gastronomía pero si lo pillas con hambre y lo acompañas de una Guinness incluso está bueno. Pero el postre de ese día sí que valió la pena, y si no que se lo pregunten a Irina: un delicioso brownie con su heladito de vainilla y todo… Aquí os paso la receta, yo todavía no la he probado pero no tardaré mucho.

Bye bye!
Apuntes de gastronomía.
No podíamos estar en Londres y no probar el “plato típico”, el fish and chips, servido en todos los pubs de la ciudad. No es que sea una maravilla de la gastronomía pero si lo pillas con hambre y lo acompañas de una Guinness incluso está bueno. Pero el postre de ese día sí que valió la pena, y si no que se lo pregunten a Irina: un delicioso brownie con su heladito de vainilla y todo… Aquí os paso la receta, yo todavía no la he probado pero no tardaré mucho.
Bye bye!
1 comentario:
Confirmo que todo lo explicado por Nuria sobre nuestro viaje a Londres es cierto, incluso lo del buen tiempo.... pero yo no te obligué a madrugaaaar!!! (q mala fama me pones). Lo pasamos genial.
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