martes, 4 de junio de 2013

Viejos tiempos

Mayo de 2032, el Espanyol consigue entrar en Champions por tercer año consecutivo. Quzá esta temporada también la gane...

-Mamá, ¿por qué no me explicas algún viaje de los que hiciste para ir a ver al Espanyol? La tele me aburre, en el canal de deportes llevan todo el día hablando de ese nuevo jugador africano que ha fichado el Barça.

-¿Te he contado el viaje que hicimos a Vigo tu abuelo y yo?

-No, me gustaría escucharlo.

-Sólo si me prometes que luego acabarás los deberes.

-Te lo prometo!

-La temporada 2012-2013 fue como muchas otras: victorias, derrotas, empates, más victorias...(o mejor dicho, más derrotas...). Pero como todas las temporadas tuvo su viaje especial. Era la última jornada de liga, y no fue especial porque el Espanyol consiguiera algo extraordinario (en aquella época aún no éramos tan buenos), sinó porque significó compartir la alegría de otros que sí consiguieron algo importante. El Celta se salvó de bajar a segunda en esa última jornada, en la que se enfrentó a un Espanyol que ya lo tenía todo hecho (hace años nos conformábamos con la salvación) pero que no se lo puso fácil en ningún momento, algo que, sin razón, criticaron en algún diario local.

  Antes de ir al estadio hicimos un poco de turismo; me gustó Vigo, en todas las ciudades hay que saber encontrar lo bueno que las diferencia de otras. Sus calles son bastante empinadas, y gracias a eso las vistas de la Ría desde lo alto eran espectaculares. 


También fuimos en barco a las islas Cíes, preciosas con sus playas de arena blanca, sus senderos que la recorren de punta a punta, el faro, el agua cristalina...




-Mamá, te estás desviando del tema importante! ¿Qué pasó en el partido?


-Ya va, ya va... Hacía días que la ciudad estaba adornada con camisetas del Celta, para que el equipo supiera que todos estaban con ellos. El ambiente en los alrededores del campo fue muy bonito, y dentro no cabía un alma, los espectadores se sentaban incluso en las escaleras.


El abuelo y yo estábamos situados delante de una familia de Vic, un matrimonio con dos niñas que celebraban cada ocasión de los nuestros con auténtica pasión. También estaba en aquella zona el equipo alevín del Espanyol, que se encontraba en Galicia para disputar un torneo internacional. Los niños hicieron buenas migas con los aficionados locales. Sabiendo que no nos jugábamos nada, querían al Celta en primera.


  Los aficionados animaban y animaban a su equipo, y como el abuelo era el único en aquella zona que llevaba transistor, todo el mundo le preguntaba qué pasaba en otros campos. ¿Todo igual en Coruña?  El Depor perdía contra la Real, lo que salvaba al Celta del descenso. Tanto se entregó el público a su equipo, que tu abuelo y yo acabamos siendo dos seguidores más del Celta, conscientes de que un gol nuestro acabaría con las ilusiones de aquéllos que se habían convertido durante dos horas en "colegas" de partido. El árbitro pitó, y así el Celta siguió siendo equipo de primera.



-Qué angustioso debe ser sufrir por no bajar a segunda...

-Tú estás acostumbrado a ver grandes temporadas del Espanyol, pero no siempre fueron buenos tiempos, si no, pregúntale a tu abuelo; y el domingo, cuando te lleve al campo, anima con todas tus fuerzas al equipo, le gustará ver que esos colores te apasionan tanto como a él, y piensa que la alegría y la ilusión son muy contagiosas.

-Lo haré mamá.

2 comentarios:

Miguel dijo...

Hola Nuria. La primera parte del post es muy optimista e imaginativa, jajaja.

Núria dijo...

Pura realidad, ya lo verás!