jueves, 23 de octubre de 2014

Vacaciones en Barcelona?

Mis vacaciones de verano nunca habían dado tanto de sí como este año, cuatro semanas yendo de aquí para allá, y puedo decir que ha sido uno de los veranos más intensos de los últimos años. Tres países, varios compañeros de viaje y una diferencia de 32 grados de temperatura, me han hecho olvidar que algún día habría que volver a la cruda realidad del trabajo...

He subido a una montaña rusa, gritando por el subidón de adrenalina; he visto como el arcoiris iluminaba las cataratas más impresionantes de Islandia; he comido filete de tiburón (y sinceramente, me quedé con hambre) y he pillado una indigestión después de zamparme un codillo típico austriaco; he visto como un murciélago quedaba atrapado en el escaparate de una tienda; he conducido rodeada de campos de lava, y a punto he estado de ver una erupción en directo; he sudado a 37 grados a la sombra y he tocado el hielo en las cuevas más grandes del mundo; me he pesado en una báscula en la calle, y del susto casi me caigo...






He visto Sevilla en moto; he seguido los pasos de Mozart en Salzburg, los de Beethoven en Viena y los de las ovejas islandesas para intentar hacerles una foto; he caminado por donde hace más de 1000 años se creó el primer parlamento islandés; he sido salpicada por un géiser; he visto el Danubio, aunque no me ha parecido muy azul...; he bebido cerveza en un convento y la experiencia ha sido bastante mística!; he comido una Sachertorte en el café donde crearon la receta original hace 180 años, y aquí el éxtasis ya fue total! es lo que tiene el chocolate...




He visto como una mesa se quedaba pequeña ante el increíble tamaño de unas pizzas; he sentido como el viento helado se calaba hasta los huesos en la playa de Vík, mientras tres trolls petrificados nos observaban desde lejos; y dicen que he comparado demasiado un viaje con otro, pero simplemente ha sido para confirmar que esa es la gracia de viajar, nunca va a ser igual que el anterior; y aunque no he conseguido saber si entendía peor el islandés o el alemán, me he quedado con las ganas de volver a escuchar uno de los dos...



Quizá en algún momento he buscado lo que no debía, pero a cambio, he encontrado lo que no esperaba.